10 conceptos básicos para aprender a seducir

10 conceptos básicos para aprender a seducir

La seducción es un arte necesario no solo en el terreno amoroso sino en tantos otros, como el laboral, el de la amistad, el fraternal y materno... Y lo es porque la seducción es la puerta de entrada al amor, tan necesario como imprescindible para nuestro bienestar.

Seducir supone ser capaz de exhibir las propias virtudes a partir del impulso generado por el deseo que nace en nuestro interior en un determinado momento y para la obtención de alguien o de alguna cosa que nos atrae. Contrariamente a lo que muchos creen, en este proceso, a menudo considerado un arte, juegan un papel más importante la inteligencia y la psicología que la belleza. Debemos entender la seducción como un proceso que requiere de un conjunto de pasos y consideraciones que a continuación hemos intentado detallar:

1. Toma la iniciativa.

La seducción amorosa es cosa de dos personas. Afortunadamente los tiempos han cambiado y ya hemos dejado atrás el rol que atribuía un papel más pasivo a la mujer y el arte de la conquista era limitado a los hombres. Con esta afirmación no queremos negar que todavía haya ciertas diferencias de género, pero si poner de manifiesto que la seducción ideal es bidireccional y puede ser iniciada por mujeres y hombres indistintamente. También, que la responsabilidad que progrese y acabe generando una conexión de calidad entre ambas personas es responsabilidad de ambas partes. Por lo tanto, te animamos a tomar la iniciativa cuando sientas atracción hacia una persona y a poner atención al "cómo" lo harás para conseguir seducirla.

2. Pon en valor tu autenticidad.

Un buen auto concepto, estar orgullosos de quienes somos y qué hacemos y saber poner en valor aquellos elementos que nos hacen únicos, resulta, sin duda, atractivo. Las personalidades únicas y auténticas son seductoras. Por lo tanto, hay que cuidar elementos como la imagen que proyectamos, el contenido de lo que decimos y la seguridad que mostramos. Con esto no queremos decir que tengamos que inventarnos una especie de personaje perfecto y atractivo que se aleje de quien somos realmente, sino trabajar respecto nosotros mismos con el objetivo de gustarnos. Así, conseguiremos ganar en autoestima, elemento imprescindible para el éxito de todo proceso de seducción. En definitiva, para seducir a los demás, primero hay que seducirse a uno mismo. En esta línea, aprovechamos para recomendar la lectura Sedúcete para seducir de Eva Bach y Pere Darder.

3. Asume como eres, con tus puntos fuertes y con aquellos que objetivamente no puedes cambiar.

Todos somos como somos, con nuestras virtudes y nuestros puntos a mejorar. Es obvio que trabajar para mejorar es recomendable, pero también lo es que aprender a estar bien con nosotros mismos no implica buscar la perfección. La seducción pasa por ser capaz de exhibir nuestras virtudes a la vez que aceptamos con naturalidad lo que no podemos cambiar. Un ejemplo muy claro es el tema de la altura. Nadie puede cambiar este aspecto físico y el único camino para que no sea una limitación es la aceptación.

4. Trata a la otra persona de igual a igual y haz que se sienta bien.

La seducción pasa por mostrar nuestra autenticidad, como hemos dicho, pero también por interesarnos por la persona que tenemos delante. Es tan sencillo como poner interés en conocerla, preguntarle sobre sus gustos y aspiraciones, practicar una escucha activa, empatizar con ella... En definitiva, procurar generar una buena comunicación que, poco a poco, vaya construyendo un vínculo entre vosotros.

5. Sí, al sentido del humor inteligente.

Hacer reír a la otra persona no falla. Cuando reímos con otra persona, nuestros cerebros segregan unos neuroquímicos (serotonina, endorfinas, etc.), relacionados con el placer y el bienestar. Por este motivo, el sentido del humor genera atracción. De hecho, podríamos decir que, en general, nos sentimos atraídos hacia las personas, actividades y situaciones que nos resultan divertidas e interesantes. Sin embargo, el sentido del humor no debe ser una constante, porque también llega a cansar y pierde su efecto si nos pasamos de frenada. Hay que emplear un sentido del humor adaptado a la persona que tenemos delante y acorde a nuestros valores y manera de ser, tanto en cuanto a la cantidad como a la calidad. Determinados chistes pueden gustar mucho a algunas personas y ser del todo contraproducentes para otras.

6. Cuida el lenguaje no verbal.

Podríamos decir que la atracción es la energía que surge a partir de un conjunto de elementos que tienen que ver no tanto con lo "qué" decimos o hacemos sino con el "cómo" lo decimos o hacemos. Forman parte del lenguaje no verbal elementos como:

  • El contacto visual es un arma de seducción de las más importantes. Ser capaz de fijar la mirada en los ojos de alguien que nos resulta atractivo denota mucha confianza y seguridad, elementos que resultan atractivos. Conseguir el contacto visual con una persona que nos interesa, mantenerlo durante un tiempo determinado y luego retirarlo con sutileza, genera un impacto indiscutible. En el transcurso de una conversación, mantener contacto visual nos acerca a la otra persona, la hace sentir especial y, en consecuencia, nos acerca a ella.
  • La sonrisa nos permite transmitir simpatía y emociones positivas y, por tanto, es una manera muy eficiente de cautivar. Cuando una persona sonríe alcanza su máximo nivel de belleza porque proyecta felicidad y bienestar y esta proyección genera sentimientos positivos en los demás.
  • La postura. Hay muchos estudios que relacionan la posición corporal con determinados mensajes que son interpretados por todos de igual manera, ya que forman parte de nuestra socialización. Por ejemplo, mientras que los brazos cruzados muestran cierre y distancia, si nos inclinarnos ligeramente hacia la otra persona estamos mostrando interés y proximidad. Una posición corporal adecuada, además, potencia nuestro aspecto físico.
  • El tono de voz. Un tono de voz moderado, cuidado, que busque conectar y acariciar es, como mínimo, agradable; y puede resultar, también, excitante.
  • Los silencios. Saber gestionar las pausas es, también, una buena manera de mantener la atención de la persona que tenemos delante, generar interés y crear expectativas. Los silencios también transmiten emociones que podemos hacer llegar de manera sutil a nuestra pareja, acompañados de sonrisas, caídas de ojos y otros gestos, de manos, por ejemplo.
  • El olor corporal es decisivo cuando las distancias se acortan. Hay que cuidar y potenciar este elemento, con una buena higiene y seleccionando una fragancia agradable que vaya en consonancia con nuestra personalidad.
  • El contacto físico sutil. Resulta muy útil acompañar nuestros mensajes verbales, corporales y de voz de pequeñas dosis de contacto físico. Ofrecer una mano para bajar de un lugar alto, acompañar a la pareja poniéndole la mano en la cintura cuando le queremos ceder el paso o bien cogerle suavemente el antebrazo para fijar su atención, son pequeños gestos que nos ofrecen un acercamiento mayor.

7. Genera sentimientos positivos.

Ya hemos apuntado algunos elementos muy útiles a la hora de generar sentimientos positivos, como son aplicar sentido del humor o interesarse por la persona que pretendemos seducir; pero hay más. Conviene estar atentos al lenguaje que utilizamos y a los temas que abordamos, especialmente en las primeras citas. El lenguaje que utilizamos dice mucho de nosotros. De hecho, si prestamos atención, enseguida veremos si se trata de un lenguaje positivo o negativo, por ejemplo. Poner el acento en las dificultades y desahogarse con los episodios de vida traumáticos hace decaer el estado de ánimo de quien tenemos delante y, por tanto, actúa como freno para la seducción. Con esto no queremos decir que no tengamos el derecho a compartirlo todo con nuestra pareja, sino que no lo tenemos que hacer de entrada.

8. No tengas prisa, disfruta de cada paso.

Un error común es mostrar nuestras expectativas y/o intenciones desde el principio (quiero ser padre, quiero tener sexo…), provocando, a menudo, el bloqueo de quien tenemos delante. La conexión o vínculo que se establece durante el proceso de seducción es frágil y conviene ir avanzando de manera determinada pero siempre teniendo en cuenta que cada persona es diferente y que debemos estar atentos a las señales que recibimos de la otra persona para ir ajustando nuestras interacciones. Incluso en el caso de que el objetivo de la seducción sea solo un contacto sexual esporádico, no tener prisa y mostrarse atento a las necesidades de la otra persona, hará que el grado de satisfacción de ambas personas sea mayor.

9. ¡No te muestres "necesitado/a"!

Los términos necesidad y seducción son opuestos. Si transmitimos desesperación, provocaremos el alejamiento de la otra persona, ya que se verá reducido su interés por nosotros y, además, podemos llegar a hacerla sentir presionada. Se trata de que la otra persona no perciba que la necesitamos sino de generar en ella, poco a poco, el deseo de estar con nosotros.

10. Crea un poco de misterio.

Si eres completamente previsible, puede ocurrir que dejes de ser interesante. El misterio resulta atractivo a las personas, por aquello de no saber siempre qué vendrá después... Esta idea no es contraria a la transparencia, sino que va en la línea de continuar manteniendo tus espacios, por ejemplo. Acciones sencillas y cotidianas como salir a pasear por la playa de noche o muy pronto por la mañana sin previo aviso o dejando una simple nota conseguirán romper la predictibilidad de nuestros actos, por ejemplo. Emprender un proyecto nuevo (viaje, formación, trabajo...) hará que nuestra pareja se sienta atraída por un nuevo ámbito de nuestra vida y todo el crecimiento que este nos aportará. En ningún caso se trata de hacer las cosas para mantener desorientada a la pareja sino para llenar de vida nuestro tiempo más allá de ésta. Estar disponible siempre puede ir en detrimento de la salud de la relación y del propio bienestar.

Para terminar quisiéramos remarcar que entre la atracción inicial y la formación de una pareja estable hay un largo camino que pide generar un vínculo entre las dos personas. Podríamos decir que este vínculo puede partir de una conexión física inicial pero que solo se establece si conseguimos una conexión emocional con la otra persona. También puede ir a la inversa: establecer una conexión emocional a la que se acabe sumando la conexión física, necesaria en toda relación amorosa. Sea como sea, si el objetivo último de la atracción va más allá del enamoramiento y persigue, por tanto, conseguir el amor, debemos estar preparados y dispuestos a dar y recibir a partes iguales, a invertir un tiempo y unos esfuerzos en nosotros mismos y en la otra persona. Todos tenemos la capacidad de querer, pero generalmente caemos en el error de buscar que nos amen primero. Quizá por no tener que esforzarnos tanto, tal vez para no caer en desilusiones... Las parejas estables se construyen cuando dos personas que se quieren a sí mismas deciden abrirse la una a la otra para dar y recibir, en beneficio de su "nosotros", que es mucho más poderoso que la suma de los dos "yo" y que se va construyendo poco a poco...

Por último, queremos invitarte a conocer nuestro método. Consta de cinco sencillos pasos que encontrarás aquí

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