Una de las ideas clave de la historia de El Principito radica en “el secreto mejor guardado”, entendido como aquello que es esencial. Con un texto inmejorable y unas ilustraciones imprescindibles, esta clásica creación artística nos explica que “lo esencial es invisible a los ojos” ... Ahora mismo, en medio de esta pandemia que nos ha cogido con el pie cambiado, es cuando nos damos cuenta del valor de las cosas pequeñas, cotidianas, próximas... De todo eso que ya teníamos pero que quizás no veíamos suficientemente... No todo lo que es importante es invisible, claro, pero sí que lo es, por ejemplo, el amor. El amor nos mueve, nos remueve, nos conmueve, nos equilibra, nos desequilibra... El amor es una fuerza invisible, pero esencial; una fuerza que requiere energía pero que también la genera...
Y es que de amor hay de muchas formas y manifestaciones… El amor hacia los hijos, a los que de repente hemos tenido más cerca; el amor a los abuelos y a las abuelas que, de pronto, hemos pasado a ver más frágiles; el amor a la pareja, que se ha hecho más presente; el amor a los amigos, que hemos tenido lejos y sentido cerca; el amor a los animales y al entorno natural que nos rodea; el amor a nuestras plazas y calles, que inesperadamente han quedado vacías; el amor a las montañas, que hemos visto lejanas; el amor al olor del mar, que tanto hemos echado de menos… El amor a nuestro puesto de trabajo, a nuestros compañeros y compañeras…; el amor hacia todo lo que es bueno, carente de materia y de valor monetario…
El confinamiento nos ha abierto algunas ventanas, pero también nos ha cerrado la puerta a algunas manifestaciones de amor que tal vez anhelamos… Son muchas las personas que se han enfrentado a la pandemia desde la soledad no buscada, impuesta y sobrevenida que ha supuesto el recientemente finalizado estado de alarma. Y ahora, en este nuevo período de “nueva normalidad”, todo resulta poco normal y muy nuevo… A nadie se le escapa que las formas de socialización que solíamos practicar tardarán en volver. Debemos renunciar, durante un tiempo, a fiestas, conciertos, bodas y todo tipo de celebraciones o espectáculos en los que la seguridad personal y colectiva no esté contemplada…
Por lo tanto, nos encontramos en un momento en el que conocer gente nueva con la que iniciar una posible relación amorosa, se hace más complicado. Pero no hay nada imposible… Quién sabe si recuperaremos la figura de “celestina” o “celestino” (son otros tiempos) y las presentaciones entre conocidos y/o amigos resurgirán… De hecho, desde Citas a Ciegas podemos afirmar con orgullo que hemos reinventado con éxito esta actividad tan antigua, ofreciendo desde hace tres años el servicio de organizar citas a ciegas entre dos personas compatibles que buscan pareja estable.
Por último, queremos invitarte a conocer nuestro método. Consta de cinco sencillos pasos que encontrarás aquí
Si te ha gustado, comparte, por favor.