Buscar pareja: una oportunidad de aprendizaje

Buscar pareja: una oportunidad de aprendizaje

Este artículo va dirigido a aquellas personas que no tienen pareja y quieren tenerla. Las que no tienen y no la desean pueden escrutar otros caminos de aprendizaje; si quieren, claro. Dicho esto, empezaremos por reflexionar en torno a dos falsas creencias que lejos de acercarnos al objetivo de encontrar pareja nos alejan:

  1. El amor llega cuando tiene que llegar. O no ... Aunque resulte obvio, si esperamos a que el amor de nuestra vida toque el timbre de casa, lo más probable es que esto no llegue a pasar nunca y, sin embargo, muchas personas se repiten esta idea como un "mantra" que no sólo no las hace avanzar sino que las exonera de la responsabilidad de hacer los cambios necesarios para alcanzar el objetivo de conocer a alguien interesante.
  1. Quiero a alguien que me quiera y me acepte tal y como soy. Esta afirmación, al igual que la anterior, nos aleja de encontrar pareja y también va en contra del cambio entendido como crecimiento personal y mejora constante. Emplear la afirmación que nos ocupa nos sitúa en el inmovilismo, en la famosa frase del "Yo soy así y nunca cambiaré" de la conocida Alaska.

Ni el amor llega solo, ni por casualidad ni para aceptarnos con muchos aspectos a corregir. Por suerte, hemos dejado atrás aquellos tiempos en que las personas, bastante homogeneizadas por cierto, se casaban de manera pactada y sin considerar qué se aportarían la una a la otra. Por suerte, hoy en día las relaciones ya no tienen que ser para toda la vida obligatoriamente y, por suerte, las personas disfrutamos de una educación universal que nos hace más o menos libres, al menos de pensamiento, y podemos elegir como queremos ser y de qué tipo de personas nos queremos rodear. Pero aún así, nos cuesta darnos cuenta de que si las cosas no nos salen como quisiéramos, tenemos que empezar por ver qué cambios nos pueden aproximar a nuestros objetivos. Dicho de otro modo, si hacemos las cosas de una determinada manera y no conseguimos lo que deseamos, debemos revisar en qué podemos mejorar, qué conviene que hagamos diferente. Y es en la línea de hacer esta serie de cambios, que a continuación recogemos algunas pinceladas que pueden servir para la reflexión:

  1. Comprueba si ofreces lo que exiges. Todos queremos tener al lado a personas alegres, constructivas, comunicativas, empáticas, flexibles ... Y la pregunta sería: ¿Yo soy así? ¿Ofrezco esto a los demás? También damos importancia al físico, como es natural. ¿Pero nos hemos parado a pensar que si no nos gustamos a nosotros mismos probablemente tampoco gustemos a los demás? Es muy contundente pero no menos cierto. La aceptación de uno mismo no pasa por resignarse a los cambios que puedan ocurrirnos (augmento de peso, pérdida de pelo...). La aceptación de uno mismo consiste en cuidar nuestro cuerpo para que, respetando su morfología, esté sano, preparado para disfrutar; cuidarlo para que nos guste a nosotros y, por extensión, a nuestra posible pareja.
  1. Evalúa como piensas. Somos lo que pensamos pero podemos cambiar lo que pensamos tantas veces como sea necesario hasta que lo que pensemos nos aporte bienestar. El bienestar nos lo aportarán aquellos pensamientos gestados desde el optimismo, el entusiasmo, la ilusión.., en detrimento del miedo y la desconfianza.
  1. ¿Eres lo suficientemente generoso/a? El amor es generosidad, altruismo. Empezemos, entonces, por dar. Todo proceso de seducción es eso, un proceso. Si nos sentimos atraídos por una persona es mucho mejor poner nuestra energía en seducirla que en comprobar si ya la hemos seducido. A veces queremos correr demasiado, saber si el enamoramiento se ha producido o no, medir el grado de compromiso del otro/a... ¿Qué ganamos haciendo esto? Generalmente nada. Alejar a la persona que de pronto deja de sentirse seducida y pasa a sentirse evaluada, presionad... Con esto no queremos decir que las relaciones tengan que ser desiguales, evidentemente. Llega un momento en que debe haber un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe. Un equilibrio al que a menudo no se llega porque no se ha sido bastante generoso/a de entrada y nuestras inseguridades ya han hecho de las suyas...
  1. ¿Como vives los "fracasos"? Los americanos entienden el fracaso como un éxito, porque lo consideran un intento determinado hacia conseguir un objetivo. Para poder vivir los fracasos desde esta óptica, conviene que nos exijamos analizar dónde hemos fallado y que nos propongamos aprender algo nuevo. Cada relación que se acaba, nos la debemos tomar como una oportunidad para aprender y si así lo hacemos estaremos más cerca de la relación anhelada. Dicho de otro modo, se trata de no considerarnos víctimas ( "¿Por qué me ha pasado a mí?") y lamernos las heridas sin hacer cambios, sino todo lo contrario.
  1. ¿Sabes expresar / gestionar tus emociones? La mayoría de los conflictos, tanto internos como en relación con los demás, ocurren por la falta de habilidades intrapersonales e interpersonales. Tenemos a un "click" todo el conocimiento existente y sabemos mucho sobre procedimientos (como hacer las cosas) pero a menudo suspendemos en autoconocimiento y en habilidades sociales. Si tomamos conciencia de que tenemos carencias en este ámbito, la ayuda psicológica es más que recomendable porque por mucho que sepamos y sepamos hacer, si no "somos" no nos sentiremos felices y si no nos sentimos felices no podremos atraer relaciones positivas, constructivas,..


Ya para terminar, una última reflexión: tener pareja es como la felicidad: no debe ser un destino sino un camino, como decía Gandhi; pero en cualquier caso un camino en el que no siempre se encuentren las mismas piedras sinó en el que vayamos plantando flores, como apuntó la poetisa Cora Coralina. 


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