Decálogo para el éxito de la primera cita

Qué hacer y qué no hacer en una primera cita...

De Anaïs Nin, escritora franco-americana (1903-1977) podríamos decir muchas cosas y caeríamos, seguramente, en muchas contradicciones. Su vida amorosa fue vertiginosa y mientras para algunos puede ser un símbolo de la liberación sexual, para otros fue una persona con una adicción al sexo que no fue vivida como tal por la propia Anaïs al legitimarla desde el su "yo" más profundo. Sea como sea, Anaïs Nin nos ha dejado en su legado una frase que nos aporta mucho: "Las cosas no son como son, sino como somos". Este "como somos", si bien tiene una esencia que perdura toda la vida, no debe ser inmutable. Las personas tenemos que evolucionar, aprender, transformarnos a nosotras mismas... Todo proceso de cambio puede ser un punto de partida para esta evolución personal hacia una versión mejor de nosotros mismos. Por lo tanto, podríamos decir que el éxito de una primera cita comienza mucho antes de que ésta tenga lugar...

1) Saber cómo soy y qué quiero

Cuando buscamos pareja no nos va bien cualquier persona. En función del momento personal en el que estamos, podemos estar interesados en una relación más o menos estable. Esto lo debemos tener presente nosotros mismos, pero también lo debe saber la persona que estamos conociendo. Definir nuestros intereses nos ayuda a no escoger mal, a no invertir tiempo en relaciones que no nos pueden aportar lo que necesitamos en cada momento. Se trata, en definitiva, de saber cómo somos y qué queremos para poder elegir a quien queremos a nuestro lado y para qué... Parece muy ambicioso pero no lo es tanto. A veces basta con identificar dos o tres aspectos imprescindibles para nosotros y abrirnos a conocer a una persona que nos los pueda ofrecer. Por ejemplo: amante de la montaña, que quiera tener hijos en breve y que esté abierto/a a vivir en un entorno rural.

2) Pensamiento constructivo

Situémonos en el momento previo a la primera cita. Puede que tengamos mucha, poca o casi nada de información de la persona con la que nos encontraremos. Sea como sea, está asegurada una actividad mental elevada, haciendo suposiciones sobre cómo será la persona, como irá la cita, como nos podemos vestir, como actuar si nos gusta, si no... Entra dentro de la normalidad tener este debate interior, pero atención con el tono del mismo. Si nuestro pensamiento es negativo, pesimista y catastrófico nos estamos condicionando a que nuestra primera cita sea un desastre. Por el contrario, si nuestro pensamiento es positivo y constructivo nos estaremos acercando a la cita con más probabilidad de éxito. No es que nos estemos engañando a nosotros mismos, sino que lo que proyectaremos a la persona será más o menos agradable en función de nuestra vivencia interior previa. ¿Se imaginan qué desastre no lograr seducir a una persona que nos ha parecido encantadora porque de entrada hemos transmitido unas vibraciones poco positivas, debido a nuestro pensamiento negativo previo a la cita? Puede suceder, porque...

3) La primera impresión se genera durante los primeros 30 segundos

Desde Citas a Ciegas siempre lo decimos: "No hay dos oportunidades para crear una primera buena impresión"... Así que, procura llegar a la cita habiendo aparcado los miedos y los pensamientos negativos y proyectando una buena imagen y seguridad personal.

4) La apariencia física es la puerta de entrada

Todos sabemos que lo verdaderamente importante de las personas está en el interior pero también que si no hay una atracción física no podremos hablar de pareja amorosa sino de amistad. Por lo tanto, procura vestirte para causar una buena impresión. La higiene personal, una ropa que nos corresponda y una fragancia adecuada a la ocasión son suficientes. Evita proyectar lo que no eres. Puedes explotar tu sensualidad dentro de tu estilo habitual.

5) Lenguaje verbal y no verbal

No te obsesiones en no dejar ningún espacio de tiempo en silencio. Las miradas, las sonrisas, un gesto de timidez,.. Todos estos elementos también son lenguaje; un lenguaje muy poderoso que, a veces, seduce más que unas palabras bien dichas. Pon atención a tu gestualidad, la posición corporal, el contacto visual y, de resultar pertinente, al contacto físico. Cuando hablamos de contacto físico no queremos decir un acercamiento sexual sino aquellas pequeñas interacciones que haremos o no en función de si percibimos que son bien recibidas. Estamos hablando de contactos como: acompañar a la pareja a pasar con un contacto ligero en el brazo o en la cintura, ayudarla a ponerse la chaqueta, tocarle el brazo como símbolo de centrar la atención y/o establecer proximidad... Procura no ponerte a la defensiva, ni con las palabras ni con el gesto. No Malpienses. Si un comentario te desconcierta o te molesta deja pasar la emoción y más tarde pregunta con serenidad lo que no te haya quedado claro. Tu pareja no está pasando ningún examen, procura que disfrute y no que se sienta interrogada o juzgada.

6) El hielo se rompe entre los dos

No te cargues la responsabilidad de romper el hielo tú solo/a. Los primeros instantes se pueden llenar sonriendo, haciendo comentarios sobre cómo es el entorno y cómo habéis llegado a tener esa primera cita. Luego hay que mostrar interés hacia la otra persona sin caer en un interrogatorio policial… Recuerda mostrarte tal y como eres pero sin caer en la exageración, ni con las palabras ni con los gestos. Que los nervios no te hagan sobreactuar... 

7) Combinación explosiva: conversación, sentido del humor y flirteo...

Una conversación es como un partido de tenis, la pelota va de un jugador a otro sin entretenerse demasiado, con un ritmo más o menos regular. Hay pelotas que van más altas, otras que entran rozando la red, pelotas que van fuera y que hay que recoger, pelotas que no consiguen cruzar al otro lado del campo, pelotas que se pierden... Y en cada una de estas interacciones podemos mezclar pequeñas dosis de humor, sonrisas, caídas de ojos y "emoticonos" de todos tipos. El flirteo se puede ir haciendo espacio a medida que la conversación avanza y la confianza se va generando.

8) Temas prohibidos (en profundidad)

Como norma general no se debe hablar de las ex parejas. Tampoco de la madre o del padre de los hijos, si los hay. Es un momento para hablar de vosotros dos y no de terceras personas. Esto no quiere decir que si nos hacen una pregunta debamos negarnos a contestarla o que nos tengamos que poner a la defensiva, pero sí es aconsejable dar una respuesta breve y cerrada para seguidamente cambiar de tema elegantemente. Los episodios de vida marcados por hechos traumáticos no es recomendable tocarlos en una primera cita. Tampoco lo es hablar de política, religión o fútbol. Al menos de forma acalorada. Son ámbitos en los que la emoción y la razón se debaten entre ellas y nos pueden conducir a situaciones tensas poco recomendables en una primera cita.

9) Puntos fuertes y originalidad

Una vez superada la etapa de romper el hielo y los temas más generales de conocimiento, hay que intentar despertar el interés de la otra persona. Lo podemos hacer compartiendo alguna particularidad que nos hace únicos. Podemos hablar de nuestra vertiente solidaria, aventurera, autodidacta... Procura que no se convierta en un monólogo. Pon atención a las preguntas que te pueda hacer la otra persona al respecto y no te olvides de interesarte por sus aportaciones.

10) Disfruta del momento y… ¡olvídate del móvil!

Que una cita vaya bien requiere concentración en la persona y en el momento presente. Mirar el móvil de vez en cuando es, aparte de una falta de respeto, un elemento de distracción que te hará perder conexión con la persona que tienes delante. Si no puedes resistirte a pasar "el parte" a alguna amiga o amigo puedes escaparte al baño un momentito. Este ir y venir formará parte, también, de la cita. Tu pareja aprovechará para hacerse una idea general de tu aspecto físico y forma de caminar.

Y recuerda: "Las cosas no son como son sino como somos"
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